Durante la transición a la menopausia, muchas mujeres experimentan trastornos del sueño, cambios de humor y cambios a nivel cognitivo, migraña y síntomas vasomotores (SVM), también conocidos como sofocos y sudoración nocturna. También se producen cambios físicos, que pueden continuar a lo largo de la etapa posmenopaúsica, incluyendo cambios en la forma del cuerpo, osteoporosis, aumento del riesgo de eventos cardiovasculares, envejecimiento del pelo y la piel, y atrofia vulvovaginal.1
Los SVM son los síntomas más frecuentes en la transición a la menopausia, hasta el 80 % de las mujeres los presentan.2
Los SVM surgen de un aumento de la actividad neuronal en el hipotálamo. Esto conduce a la hipertrofia de las neuronas KNDy (kisspeptina, neuroquinina B [NKB] y dinorfina) y a una alteración en la actividad del centro termorregulador. Los SVM incluyen una sensación incómoda de calor y sudor, lo que interrumpe la vida diaria de las mujeres.1-5
Referencias: